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Este blog brinda por el proyecto nacional y popular en marcha desde el año 2003 en la Argentina, entiende que el rumbo de crecimiento e inclusión social que vienen llevando adelante los compañeros Néstor y Cristina (porque aunque él se haya ido sigue dando frutos) tiene que ser defendido, militado, proclamado, realizado, continuado, relatado, visibilizado, encarnado, empollado y alumbrado cada segundo de cada minuto de cada hora de cada día de cada año de cada siglo, como mínimo y para empezar. Y para seguir... todas y todos quedamos en contacto. Salú!

lunes, 15 de agosto de 2011

El gran derrotado no es Duhalde o Alfonsín, sino Magnetto | Tiempo Argentino

El gran derrotado no es Duhalde o Alfonsín, sino Magnetto

VÍCTOR HUGO MORALES

Un inmenso rechazo a la corporación mediática y un abrazo estremecedor a políticas independentistas, de ese poder de los diarios y canales dominantes, pero también de los países que dominan el mundo y ante los cuales América del Sur solía estar de rodillas, dignificó la atmósfera de la Argentina, al cabo de una de las jornadas más democráticas y emocionantes que recuerda el país. ¿Cuánto le ha valido al actual gobierno el abrazo americano a los del Sur y el trato de igual a igual con los del Norte?

Haber tomado distancia del Fondo Monetario Internacional e impedir que se entrometa en sus políticas públicas, esas recetas que ahora devastan al mundo, ¿cómo podría no ser considerado en el momento de la evaluación del asombroso resultado de este domingo? El contexto internacional, el mismo que, como si fuesen piezas de un dominó volteaba las economías regionales, vino a convertirse en un aliado fenomenal del gobierno de Cristina Fernández, porque dejó constancia de que el anhelo de libertad de los poderes de otrora vino acompañado de un acierto que ni el más optimista seguidor de la presidenta, ni acaso ella misma, consideraron factible. El componente intuitivo y dignificador de aquellos divorcios de las tóxicas relaciones, que en América Latina han sido un denominador común y nefasto, es parte de la catarata de estas elecciones y de la frustración de la oposición. Una oposición que no eligió su camino, sino que permitió que este fuera trazado por los grupos mediáticos, a los cuales, por ser parte de las corporaciones económicas, les encanta el FMI, les gusta pedir plata afuera, aborrecen estatizaciones como las de la Anses, despotrican contra los Bancos Centrales que actúan en favor de las políticas de sus gobiernos.

Y cada vez que el Grupo les marcó en la agenda que tenían que hablar cada día, fuese Sadous, Schoklender, ADN o Papel Prensa, o lo que el diario dispusiera, se sometieron a los dictados del hombre que desde las sombras supo manejar al país como una empresa, su propia empresa. Un gran contador, por cierto no un periodista, que se las ingenió para colocar bajo su mando a esos trabajadores que, por radio y televisión, hablaban sin poder disimular lo amargo del brebaje que les ofreció el domingo menos deseado de sus vidas profesionales.

Al gran derrotado no hay que buscarlo por el lado de Duhalde o Alfonsín. El que perdió con la fealdad del que corre haciendo zancadillas e igualmente es vencido, se llama Magnetto. El cronista no pone el nombre completo porque al momento de escribir la nota sinceramente no lo recuerda. Es Magnetto a secas.

Magnetto, alcanza. Su solo nombre explica lo que se quiere entender en estas horas. El decálogo de lo que Binner debe hacer para aumentar el interesante capital que le depararon las primarias es muy sencillo: a) no ir a la casa de Magneto a recibir instrucciones, b) no convertirse en un panelista de los programas de TN, c) no permitir que lo hagan hablar de lo que a ellos les interesa. Si el gobernador de Santa Fe comprende que debe proyectarse desde la sinceridad política, ser opositor en nombre de sus convicciones y no de lo que a Clarín le interesa (que le devuelvan el fútbol, que no se aplique nunca el artículo 161, que le mantengan Fibertel, que no investiguen la sangre que chorrea de las maquinas de Papel Prensa, que Cablevisión cobre el doble de lo que corresponde, que no pague dividendos de las acciones que se compró a precio inflado en los tiempos de las AFJP), puede dar pelea. Si, como los ayer vapuleados en las urnas, se suma al coro de los que hablan lo que Magnetto libreta, es muy probable que se convierta en uno más de los que con un 12% de adeptos, se quedan hablando de sus propuestas. Las que en la mayoría de los casos no llegaron a enunciar, creyentes de que en el altar de Magneto estaba la respuesta para sus ambiciones. Y se equivocaron de credo.

Hay causas más nobles.


domingo, 31 de julio de 2011

fundacional

Evita, de evitar
Por Juan Sasturain (1986)*

Había una vez un verbo
un verbo sin decir/ sin gritar/ un verbo
calladito y sin balcón
un verbito nomás
un verbo más o menos
sin jugar ni conjugar
sin tiempo ni modo
ni voz / ni vos
ni yo tampoco
teníamos el verbo:
HABIA UN SILENCIO ASI.

Pero el verbo se hizo carne
y habitó (evitó) entre nosotros
EVITA (dijo el verbo)
Evita tú / evite él /
evitemos nosotros
evitamos –dijo el mosquito–
y la historia araba, evitaba
para él y con nosotros
arrastrados por ella.
Ella, Evita (de evitar)
arrastró por todos
se arrastró (para los arrastradores)
le enrostraron arrastrada
y era verdad (oh mentirosos)
que los llevaba a la rastra
de la nariz / de los huevos
los llevaba la hembra
con el olor de la historia
entre las piernas /
entre las manos /
entre las masas y hacía la calle
(y el amor) con el pueblo
a los gritos, oh escandalosa.

EVITA (le decían) evita
hacer olas, y Evita no evitaba;
oleaba, olía, el celo de la gente
la arrastraba.
El arrastre de Evita: oh señora,
arrastra pro nobis.

Dicen mis amigos / que mi vino es triste
pero ella vino (de venir) verbalizó:
Evita tú –me dijo– el vino entristecido
Evita (de evitar)
las noches largas
las amargas rachas
las tantas Nachas
dijo Evita y vino (de venir)
conjugó el verbo
invitó el vino (de beber) bebió /
bendijo / el agua de las fuentes
las patas de las fuentes
las manos de los fuegos y
metió/ las manos en el agua
el agua en el fuego
el huevo en el agua
(ponía huevos Evita) y
con éste le puso sal / con éste
le puso amor y con éste sí
con éste (les dijo) no
a los Pícaros / no a los Gorditos
Evitó que los Pícaros Gorditos
se
lo
comieran
Todo.
Después tendió
la mesa en la plaza dio de comer (no a las palomas)
dio de creer en el plato (no a los creyentes)
en la plaza.
Y un día dijo (Evita dijo): eviten
sacar las pieles del plato pero
–sobre todo–
NO SAQUEN NUNCA
LAS PATAS DE LAS FUENTES
(Hay que volver a las fuentes, revisó
el re-visionista que re-veía).

Dijo y decía mi madre: Evita (de evitar)
las malas (cuídate Juanito de)
las malas compañías
–carteles grandes / grandes compañías–
dicen: EVITA elegir / elige EVITAR, dicen
evita / las salidas de la fábrica
las camisas salidas
los descamisados
Evita / los descamisados (y no sólo):
no te descamises
no te descarriles
no te amontones
Evita (de evitar) los amontonados:
te tocan (de tocar) o te toca (de morir)
como le tocó a aquél o al otro
por amontonado. Evita, evita entonces.

Si evitas –digo, decían–
si EVITA fuera o sería
si viviera sería
pero
eso
es
“lo que hubo de haber habido”/
como decía El Que Te Dije / porque ya
NO ES
(de to be: ser o estar)
porque el verbo se hizo cáncer
(la carne dejó al verbo sin sujeto /
sin sujetar / se soltó sola)
y deshabitó entre nosotros:
Y HUBO UN SILENCIO ASI
Pero EVITA –decíamos– evita los temores
los tumores
la mala sangre
la mala leche de los años en tres
la coartada de volver, de ser millones de montones.
No te vayas no, carajo:
aparta de mí esa hora / las veinte y veinticinco /
no entres / no salgas a la Inmortalidad / evita
EVITA las Inmortalidades, evita/
Lo inevitable.

Y colorín (evita –dijo– la moraleja)
colorado (evita la queja, la moda vieja)
este cuento se ha /
No acabes, compañera: Evita, no te
entregues, no te vayas
aguanta todavía otro día peronista
no te calles compañera
porque hubo / había una / dos veces
un verbo bien dicho y conjugado.
Conjugue, compañera
descamise/
renuncie, funde/
dignifique, compañera
Evite el silencio: preséntese
preséntese que
se siente
se siente todavía
bajito se siente
se siente.



* Este texto, publicado originalmente en la revista Aportes en 1986 en un homenaje a Eva Perón, pertenece a un libro inédito –Carta al Sargento Kirk y otros poemas de ocasión (1976-1989)– que reúne poemas más o menos políticos más o menos sentimentales marcados por aquellas coyunturas. Más aún: lastimados, con dolor de coyunturas casi. El que suscribe atravesaba, por entonces, la última etapa de su adhesión peronista. El indulto de Menem a los militares asesinos le daría el definitivo empujón a la intemperie política, al nunca más. Pero lo escrito, escrito está; aunque el que firme esta nota al pie no sea ya –para bien o para mal– el que escribió aquellos versos fervorosos de rabia, de pena y de desesperada esperanza. J.S.

(de http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/las12/13-280-2002-07-26.html)